No esperar nada de nadie.

La vida me falló, demasiadas veces y muy duro. La gente que menos esperaba me mintió, me traicionó. Confiando en ellas, aprendí a no confiar en nadie.

Una persona me enseñó a amar y a ser amado... y yo aprendí a amarlo también. Hasta que un día, sin razones, me lastimó y me dejó sola. Él cambió, comenzó a ser otro, o siguió siendo el mismo, no lo sé, solo que yo veía otra parte de él. Tanto que me enseñó a amar, no me enseñó a olvidar. Entonces aprendí a esperar enamorarme todo el tiempo, pero nunca esperar ser amado.

Cuando intenté comenzar de nuevo, olvidar el daño del pasado y conocer otras personas, él volvió, volvió esperando otra oportunidad. Pero era tarde, ya no lo amaba, y creía haberlo olvidado, pero me equivoqué. Entonces aprendí a no esperar olvidar a las personas que son o fueron importantes para ti, porque por mas que intentes arrancarlos del corazón, siempre están ahí.

Conocí gente increíble, a la que llegué a darle mi confianza, esperando que no la destruyeran, sin embargo, mientras yo sufría por estúpidos que no valen ni una lagrima, esas personas, mis "amigas, iban detrás de la persona que hacía latir mi corazón, y a la vez también lo rompía. Entonces aprendí a no esperar códigos de nadie, porque no sabes cuando un amigo puede traicionarte.

La vida es tan dura y con tanto dolor y decepción en el camino que te enseña a que cuando te derriben, hay que volver a levantarse; a mi me derribaron cundo me decepcioné de la gente de a mi alrededor, pero me levanté y ya no espero nada de nadie, por eso ahora nadie puede derribarme. Por lo tanto, simplemente, no esperes nada de nadie...